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Por Adrián Blanco - Socio
Octubre 2021

El nuevo mundo laboral: Producto de la Pandemia o de las Finanzas?

Desde fines de marzo de 2020 cambió radicalmente la forma de relacionarnos en el trabajo. Las restricciones para desempeñarse en las oficinas de las diferentes empresas hicieron que las video-llamadas fueran la nueva forma de interactuar, dejando de lado las reuniones presenciales. Ese nuevo mundo también afectó los viajes de negocios que las organizaciones tuvieron que suspender inmediatamente.

En este nuevo entorno de trabajo remoto hubo ganadores, como los portales que nacieron digitales y aprovecharon bien las nuevas necesidades entre consumidores y empresas proveedoras; fueron quienes vieron y ejecutaron la ventaja competitiva única de potenciar sus operaciones sin una interacción personal. Ejemplos de estas organizaciones son las apps de delivery, Amazon o Mercado Libre.
Un segundo grupo, también ganador, fueron otras empresas como las de consumo masivo o retail que ya tenían incipientes iniciativas digitales y aceleraron esta transformación digital
Para un tercer segmento del mercado han surgido algunos interrogantes que todavía hoy se encuentran sin respuesta: ¿cómo generar nuevos clientes en un entorno mayormente remoto para aquellas organizaciones cuya trayectoria comercial tiene mucho que ver con el contacto personal con el cliente y la venta institucional? Empresas de tecnología y consultoras son algunas integrantes del segmento que conforma este tercer grupo.
Y, finalmente, hubo una parte del mercado que fue la que más sufrió la pandemia, muy relacionado con los servicios a personas: la industria del esparcimiento (cine, teatros, etc), el turismo, y la gastronomía.

Como vemos, todas las empresas y negocios fueron impactados desde marzo de 2020. El menor porcentaje de ellos que ya eran nativos digitales o contaban con un buen avance en transformación digital continuaron trabajando, al igual que en pre-pandemia, en un entorno digital donde no importa tanto el lugar desde donde desempeñan la tarea laboral. Y las otras organizaciones, que son la gran mayoría, se fueron en menor o mayor medida adaptando a la nueva realidad: se podía trabajar en remoto, digitalmente.

Ahora bien: imaginemos por un instante al CFO de una gran corporación que, al revisar los resultados de aquel segundo trimestre de 2020, se encontró con el inesperado e inmenso ahorro en pasajes, hoteles y perdiem de viajes producidos entre abril y junio. Probablemente, y dentro del complejo panorama derivado del problema sanitario, debe haber recibido una agradable sorpresa. Un regalo de navidad adelantado para las castigadas finanzas corporativas a causa de los efectos del COVID-19. Pero no solo fueron los viajes corporativos los que se terminaron; pocos meses después, muchas organizaciones dejaron de rentar pisos para dar lugar a un obligado home-office los primeros meses, y al desafío logístico que significa que los empleados regresen a trabajar una o dos veces por semana (en algunos casos, tres) en los “sites” o “hubs” remanentes. Dejar de alquilar esos pisos volvió a representar otro gran ahorro, ya no tan inesperado pero sí muy importante.

Hoy está casi asumido que no se regresará al trabajo presencial en oficina en un 100%. Ni siquiera se sabe si alguna vez se volverá a un 80% presencial. La pandemia pasará pero los efectos a nivel cambios en el trabajo vinieron para quedarse, ya que aceleraron un proceso que se creía que iba a llevar entre 4 y 8 años. La pandemia y, en menor medida, los ahorros lo hicieron posible. Es por eso que muchos hoy se preguntan qué porcentaje de esta “nueva normalidad laboral” debe ser atribuída a los efectos pandémicos y qué porcentaje a la influencia de muchos CFO que vieron a la transformación digital de sus empresas como un bálsamo para su cuadro de resultados, dándole la bienvenida y abrazándose a las bondades financieras que dicha transformación brinda.

Más allá de la necesidad de retomar el contacto físico aunque sea minimamente, el mensaje final que nos llega es la necesidad de transformarse para estar en igualdad de condiciones en el mundo que comenzó hace un año y medio. Podemos decir que transformarnos digitalmente se convirtió en una condición necesaria pero no suficiente para subsistir en el mundo de los negocios.

Adrián Blanco


Socio

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